
Seguridad en entornos OT para la gestión del agua
14 de agosto de 2025Vivimos una época en la que los activos digitales, físicos y lógicos de las organizaciones son más valiosos que nunca. La superficie de ataque se expande, los entornos híbridos se complican, las cadenas de suministro se digitalizan, y los accesos remotos son la nueva norma. Bajo este panorama, los accesos privilegiados se convierten en uno de los principales objetivos para los ciberatacantes. Pero el verdadero peligro no está únicamente en quién accede, sino en qué puede hacer una vez dentro y cómo lo hace. Aquí entra en juego uno de los pilares fundamentales de una arquitectura de ciberseguridad moderna: el aislamiento y la supervisión en tiempo real de sesiones privilegiadas.
¿Qué entendemos por “sesiones privilegiadas”?
Las sesiones privilegiadas son aquellas iniciadas por usuarios, humanos o máquinas, que tienen acceso elevado o crítico dentro de una organización. Este grupo incluye, por ejemplo, administradores de sistemas, técnicos de mantenimiento, ingenieros OT, proveedores de servicios externos, integradores de software y equipos de soporte con funciones críticas. Estas sesiones representan un riesgo potencial si no se gestionan adecuadamente, ya que habilitan operaciones de alto impacto en el núcleo de la infraestructura corporativa o industrial.
Algunas de las acciones más comunes realizadas en estas sesiones son:
- Modificar configuraciones críticas de red o sistemas. Un administrador con acceso privilegiado puede reconfigurar firewalls, switches, controladores industriales o incluso elementos de seguridad perimetral, lo cual es esencial para el mantenimiento… pero letal si cae en manos erróneas o se ejecuta sin control.
- Acceder y manipular bases de datos sensibles. Esto incluye la lectura, modificación o incluso eliminación de registros de clientes, facturación, historiales clínicos o datos personales protegidos por leyes como el RGPD o la LOPDGDD.
- Intervenir en infraestructuras industriales o sistemas físicos conectados. Las sesiones privilegiadas permiten a ciertos perfiles interactuar con SCADAs, PLCs, RTUs, sensores IoT o antenas de comunicaciones. Cualquier cambio no autorizado aquí puede tener consecuencias físicas reales: desde la parada de una línea de producción hasta la despresurización accidental de un tanque industrial.
- Ejecutar operaciones de mantenimiento remoto sobre sistemas críticos. Esto puede incluir desde actualizaciones de firmware hasta instalación de software personalizado, operaciones necesarias para el negocio pero que también pueden servir como puerta de entrada para código malicioso o como vector para la fuga de información.
El problema: cuando el acceso no es suficiente
La gestión tradicional de accesos se ha centrado durante años en el “quién entra”: políticas de contraseñas robustas, autenticación multifactor, VPNs cifradas, reglas de acceso por rol o listas blancas de direcciones IP. Pero ese enfoque se queda corto.
El verdadero desafío comienza después de que el acceso ha sido concedido. Una vez dentro, el usuario privilegiado tiene, si no se controla, capacidad plena para interactuar con el entorno. Puede extraer información, alterar procesos, desplegar scripts, mover lateralmente por la red, escanear activos, o dejar una puerta trasera abierta.
Y todo esto, en muchos casos, sin dejar trazabilidad clara o sin generar alertas en tiempo real.
En este contexto, las organizaciones no pueden seguir operando a ciegas. Necesitan no solo otorgar acceso de forma controlada, sino también encapsular, registrar y supervisar cada sesión crítica en tiempo real, con capacidad de respuesta inmediata.
¿Qué es el aislamiento de sesiones privilegiadas?
El aislamiento de sesiones consiste en interponer una capa controlada entre el usuario privilegiado y el recurso final al que necesita acceder, de modo que no exista una conexión directa entre ambos. Esta capa intermedia actúa como una «zona cero», una burbuja controlada y monitorizada donde todo lo que ocurre puede auditarse y limitarse.
¿Cómo funciona este aislamiento?
1. La sesión se ejecuta en un entorno virtualizado, independiente del sistema real. Esto puede ser una máquina virtual, un contenedor seguro o un entorno VDI gestionado. El usuario nunca interactúa directamente con el sistema destino (servidor, SCADA, base de datos, etc.), sino con una interfaz proyectada que simula la conexión.
2. Se utiliza un broker de conexión que traduce los eventos del usuario. En lugar de transmitir protocolos como SSH, RDP o Telnet, lo que viaja son únicamente eventos de teclado, ratón, vídeo y audio, encapsulados de forma segura. Esto bloquea completamente la posibilidad de inyectar paquetes no autorizados, escanear la red o copiar archivos fuera del entorno controlado.
3. El entorno se cierra al finalizar la sesión, eliminando cualquier residuo o configuración temporal. Nada persiste, nada queda expuesto. El objetivo es garantizar una sesión efímera, segura e intransitiva, donde no haya posibilidad de persistencia de amenazas ni de conexiones ocultas.
4. No hay rutas laterales ni acceso a recursos de red. El usuario no puede conectarse a otros dispositivos de la red ni ejecutar comandos fuera del entorno aislado. El aislamiento es, por diseño, un salto de aire lógico total entre el operador y la infraestructura.
¿Qué aporta la supervisión en tiempo real?
El aislamiento garantiza que el usuario opere en un entorno cerrado. La supervisión en tiempo real se encarga de vigilar qué hace, cómo lo hace, y qué consecuencias puede tener su actividad.
- Visualización en directo de la sesión. El equipo de seguridad puede observar en tiempo real lo que el usuario hace dentro del entorno aislado, como si estuviera retransmitiendo su pantalla. Esto permite detectar desviaciones, comportamientos anómalos o accesos indebidos en el mismo instante en que ocurren.
- Generación de alertas ante comportamientos sospechosos. La supervisión permite configurar reglas que detectan ciertos patrones de uso: intento de ejecución de binarios no autorizados, acceso fuera de horarios laborales, interacción con puertos no previstos, cambios en parámetros críticos… Estas alertas se pueden enviar a un SIEM o a un SOC para intervención inmediata.
- Intervención directa sobre la sesión en curso. Si se detecta una amenaza activa o una desviación grave, los supervisores pueden pausar, desconectar o eliminar la sesión inmediatamente, evitando que el daño se propague o se consuma.
- Grabación completa para análisis forense. Toda la actividad puede ser registrada en vídeo, con posibilidad de asociar logs, comandos ejecutados y metadatos del entorno. Esto no solo sirve como evidencia en auditorías, sino también como herramienta de formación y mejora continua.
- Trazabilidad perfecta. La supervisión garantiza que toda acción queda asociada a una identidad, a un dispositivo y a un momento concreto. Ya no hay lugar para el “yo no fui”.
¿Por qué es imprescindible?
Las sesiones elevadas permiten modificar lo más profundo de la organización, y por tanto, deben estar sometidas al máximo nivel de protección y vigilancia.
Además, existen tres factores que hacen esta defensa no solo deseable, sino imprescindible:
- El crecimiento exponencial del acceso remoto a infraestructuras críticas. El teletrabajo, la subcontratación, la integración con partners y la necesidad de intervención técnica remota han abierto miles de puertas de entrada a los activos más sensibles de las organizaciones.
- La sofisticación de las amenazas persistentes. Muchos ataques ya no buscan explotar una vulnerabilidad puntual, sino mimetizarse con usuarios legítimos y operar dentro de sesiones reales, usando credenciales válidas. Solo la supervisión en tiempo real puede detectar esta anomalía conductual.
- El cumplimiento normativo cada vez más exigente. Normativas como NIS2, DORA, ENS, ISO 27001 o el Esquema Nacional de Seguridad Industrial exigen trazabilidad, control de acceso, supervisión activa y evidencia de intervención ante accesos privilegiados. No cumplirlas no es una opción, sino una fuente directa de sanciones y pérdida de confianza.
Aplicaciones reales en entornos IT, OT e híbridos
- En entornos IT, esta tecnología permite encapsular el acceso a servidores críticos, escritorios remotos, paneles de gestión cloud o infraestructuras DevOps. Un integrador externo que accede a un entorno de Kubernetes o a una base de datos de producción debe hacerlo desde un entorno aislado, supervisado y sin contacto directo con los sistemas reales.
- En entornos OT, el aislamiento de sesiones evita que un técnico, desde una fábrica o desde otro país, pueda ejecutar comandos sobre PLCs, antenas o sensores industriales sin control. Además, la supervisión en tiempo real permite detener acciones que podrían dañar físicamente el proceso (parada de una línea, sobrecalentamiento de un sistema, apertura de una válvula de presión, etc.).
- En entornos híbridos, donde confluyen IT y OT, el aislamiento y la supervisión permiten romper la cadena de propagación de amenazas entre ambos mundos. Se evita, por ejemplo, que un técnico OT que accede por RDP a una consola SCADA pueda, intencionadamente o no, abrir una puerta hacia un servidor interno IT.
¿Cómo lo resuelve Endurance?
Endurance es mucho más que una solución PAM. Es una entorno de trabajo remoto blinadado que encapsula, supervisa y asegura todas las sesiones críticas de la organización.
- Encapsulamiento total de sesiones. Cada sesión se ejecuta en un entorno virtualizado, generado bajo demanda, que elimina cualquier posibilidad de contacto directo con los activos reales.
- Aislamiento físico y lógico. El tráfico se reduce a eventos de ratón, teclado, vídeo y audio. No se permiten protocolos nativos, ni conexiones paralelas, ni puentes laterales. El activo está completamente blindado.
- Supervisión activa en tiempo real. Los equipos de seguridad pueden visualizar la sesión en directo, generar alertas basadas en reglas personalizadas y detener actividades sospechosas en milisegundos.
- Integración con políticas de Zero Trust y sistemas SIEM. Endurance forma parte de un ecosistema de defensa moderna, donde el acceso se valida constantemente y la confianza se gana en cada interacción.
- Cobertura para entornos mixtos IT/OT. Desde un servidor virtual hasta una antena de telecomunicaciones en una azotea, Endurance garantiza que cada acceso se haga de forma segura, controlada y auditable.
Conclusión
El aislamiento y la supervisión en tiempo real de sesiones privilegiadas no son un lujo, ni un extra, ni un complemento: son una defensa esencial, estratégica y urgente. En un entorno donde el acceso elevado es cada vez más común y el vector humano más explotado, proteger lo que ocurre dentro de la sesión se convierte en el nuevo campo de batalla de la ciberseguridad.
Quien controla la sesión, controla el riesgo.